La enfermedad del hígado graso no alcohólico se asocia con un elevado riesgo de enfermedad cardiovascular. En un metaanálisis de 7 estudios de corte transversal (con un total de 3.497 sujetos) se encontró que el hígado graso no alcoholico tiene estrecha relación con el engrosamiento de la íntima y media de la arteria carótida y una mayor prevalencia de placas en esas arterias.
Esta forma de hígado graso ha alcanzado proporciones de epidemia cuya prevalencia
aproximadamente el 20 al 30% de los adultos de la población general y del 70 al 90% en las personas obesas o diabéticas.
La mejor forma de prevenir este trastorno es evitando la obesidad y el sobrepeso mediante la adquisición de un estilo de vida saludable y permanente: dieta equilibrada y actividad física regular.
A hacer deporte muchachos.